Ricard Novell Agramunt
Aunque nací en la ciudad, nunca viví en ella, mis recuerdos de infancia han estado vinculados desde siempre a la naturaleza. Viví en los alrededores de Gavà, rodeado de bosque y campo, y recuerdo mis caminatas para ir a la escuela con la compañía de los pájaros y el susurro de las hojas movidas por el aire.
Tenía poco más de un año cuando pisé la Val d’Aran por primera vez. Estábamos acampados junto al río Garona y las nubes dejaron entrever el campanario de Betlan, y poco después el de Montcorbau. Mi padre y mi hermano subieron andando hasta Montcorbau, el pueblo que pasaría a formar parte de mi vida desde ese momento, mientras yo me quedé con mi madre en los prados que bordean el río, sin ser consciente de que, además de impregnarme de la fragancia de la hierba, también se adentraba en mí la esencia del valle.
Desde el año 1984 vivo en la Val d’Aran y tengo la gran suerte de sentir a diario esa misma esencia, tanto en mis paseos como en mi propio trabajo. Soy guía cultural y de media montaña, además de dibujante.